Hoy me enteré de algo realmente asombroso, y a la vez tan lógico que es raro que no haya sido pensado antes.
Por un lado tenemos a una Universidad, la universidad Notre Dame de la ciudad de South Bend. Como tantas otras universidades tiene montones de computadoras funcionando, tanto para estudiantes como para proyectos de investigación.
Por el otro lado, la ciudad de South Bend mantiene un invernadero, que es la única forma de mantener plantas desérticas en una zona donde los inviernos son extremadamente duros.
Aparentemente nada los relaciona, pero hay aquí una oferta y una demanda muy interesante: las computadoras generan calor, muchas computadoras generan mucho calor. Y cuesta mucho dinero enfriar el ambiente como para mantenerlas funcionando con seguridad y permitir a la gente una estancia agradable en una actividad que promueve quedarse quieto. A la vez, el invernadero precisa calor, mucho calor para contrarrestar el frío que hay afuera en comparación con la temperatura original de las plantas desérticas.
Paul Brenner, un científico dedicado a las computadoras, está poniendo en marcha un proyecto para usar brisas termodinámicas normales, para transferir el calor del punto donde se genera al punto donde se necesita.
Se calcula que el ahorro será de unos 100.000 dólares por año para la universidad y 70.000 para el invernadero. Y lo más interesante es que ese dinero no es solo dinero, sino que es dinero que iba a ser gastado para consumir energía que quitara el calor en un lado y generase calor en el otro.