Lo que sigue es un cuento que escribí hace unos años (2 o 3). Es muy raro, cuasi filosófico, casi no es un cuento, pero sin embargo sigue siendolo. Más que nada fue escrito como una forma de autoreferenciarme en varias respuestas, un poco en burla, un poco en serio. Además, siempre me gustó jugar con las palabras, así que no me pude resistir. Ya lo dijeron en una serie "Resistance is futile".
Ganarse la vida
"Y vos ¿como te ganas la vida?"
La frase flota en el ambiente una vez más, lugar común, pocas veces esquivado. Como todas las otras veces, queremos contestarla y proseguir la conversación, pero esta vez es imposible. Solo nosotros escuchamos el crack en nuestras cabezas, el silencioso sonido de algo que se sale del cauce, y mientras tartamudeamos la habitual respuesta, por dentro comenzamos a ver las contradicciones. Una vez solos, nada puede parar los gritos de nuestras mentes.
No nos ganamos la vida, la vida es nuestra, porque no somos esclavos de nadie, nadie posee el título de propiedad de nuestras vidas, a nadie debemos comprarla.
Trabajemos o no, tenemos todos el mismo derecho a la vida, por lo que el trabajo no hace que ganemos más que dinero, que puede ser usado junto con los millares de cosas gratuitas que amamos para mejorar nuestra vida, pero no para comprarla. Nos resulta curioso ver la otra contradicción de la frase, tan expuesta que nadie la observa. El trabajo, si decidimos tomar ese camino, es parte de la vida ¿como podemos ganarnos la vida con parte de si misma? Imposible, estamos todos de acuerdo. Nos congraciamos al asentir simultaneamente.
Una vez aquietado este temblor mental, nos relajamos, sabiendonos poseedores de una parte de la verdad. Nuestra victoria, con un renovado sentido de propiedad de nuestras vidas, es decir de nosotros mismos, nos da fuerzas para seguir disfrutándolas, o sea disfrutándonos.
Al menos hasta el siguiente día, cuando caminamos tranquilamente y al pasar, escuchamos que alguien, no nosotros, nunca nosotros, sentencia "no vivo para trabajar, trabajo para vivir"..... y de vuelta a la montaña rusa.
Sos un Grosso Gus. Gracias por sacarme de la estandarización mental, con tu particular forma de pensar. Un Abrazo!
ResponderEliminarTrujo, amigo, me alegra mucho que te haya servido para hacer el crack mental. Muchas veces es necesario que nos den el empujon, y ¿que mejor que la literatura y la palabra de un amigo a la vez para hacerlo?
ResponderEliminarGus, te juro que si no estaba tu firma por todo el blog, igual hubiera sabido que vos lo escribiste... Agregale a tu sentido de propiedad la certeza de saber que tu personalidad es tan "propia" como esa vida. Besos y me alegro mucho de leerte de nuevo.
ResponderEliminarSip Grace, es verdad, por algo esto se llama Demasiado Personal. A mi también me gusta saber que volves al mundo de los vivos y a interesarte en lo que pasa alrededor.
ResponderEliminarPor motivos que no viene al caso mencionar recién ahora acabo de leer tu... ¿Cuento...?
ResponderEliminarEn fin. Me gustó mucho. Breve y conciso. No hacía falta mas. ¡Felicitaciones!
Un poco tarde, pero te agradezco por el comentario. Y si, yo durante mucho tiempo tuve dudas acerca de si era o no un cuento, sobre todo porque al principio no lo parece en lo más mínimo, pero la estructura va demostrando lentamente una acción, aunque más no sea mental, y un cambio de situación hasta llegar al punto final en que parece que volveremos al principio, pero en realidad es un cauce diferente de pensamiento.
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