viernes, 18 de julio de 2008

Nuevos desafíos para el escritorio Linux

En este artículo hay una grave omisión hecha completamente a propósito: solo voy a hablar de Gnome y KDE, aunque haya muchos más escritorios posibles. Esto es debido a que estos dos son los escritorios masivos, y este artículo habla solo de eso, la cara más visible.

Luego de leer este tema en Linux Los Angeles, me puse a pensar. Es una época muy difícil para el escritorio Linux, no tanto por la situación actual sino por los desafíos a futuro.

Por lo pronto, tenemos una gran divergencia entre los proyectos Gnome y KDE. Hasta ahora ambos ofrecían practicamente lo mismo, aunque Gnome simplificaba la configuración (y según muchos eliminaba muchas opciones) y KDE era muy configurable (y según muchos era muy complicado por esto). Este esquema se ha roto con el lanzamiento de KDE4, ya que modifica el paradigma de operación del escritorio, en un intento de innovar que esperemos llegue a ser exitoso. Y es en este punto de inflexión donde comienzan los desafíos.

Gnome, por su lado, sufre las limitaciones inherentes a el uso de unas bibliotecas muy viejas, las gtk2. El código de Gnome comienza a ser un tanto más complicado de lo que debería justamente por intentar exprimir gtk2 más allá de lo que puede dar. Con el anuncio del futuro lanzamiento del Gnome 3, también se anuncia que estará basado en gtk3. Y es aquí donde creo que hay un error. Es una buena oportunidad, un desafío, para el proyecto Gnome tomar la decisión de pasarse a las bibliotecas qt4, ya maduras, que les permitirían concentrar sus esfuerzos en codificar el nuevo escritorio en lugar de crear una nueva biblioteca y además codificar un nuevo escritorio. El cambio serviría además para mejorar el código, al eliminar esos intentos desesperados por exprimir una gota más de gtk2. Para los usuarios significaría una ayuda más para correr más eficientemente programas cruzados entre ambos escritorios.

En el caso de KDE tiene el obvio desafío de cumplir las promesas que hizo implícitas a través de la idea de los plasmoids, pero hay un desafío más, que está oculto. La comunidad tradicional de Linux suele tener opiniones fuertes, es verdad, pero también es verdad que suele intentar fundamentar esas opiniones, e intentar mostrar un camino alternativo. Pero tras el lanzamiento de KDE 4.0, a pesar de la amplia difusión de que era una versión de desarrollo para que los que programan todos los extras del escritorio tuvieran una base sobre la que desarrollar, comenzaron a llover las críticas.

El problema fue la naturaleza de esas críticas, y lo que implican tanto para KDE actualmente como para Linux como un todo. Por lo general nosotros nos basamos en la idea de comunidades, somos participantes activos en mayor o menor medida de los proyectos que usamos, sea con traducciones, difusión, opinión, código, propuestas, reportes de errores. Somos usuarios. Si examinan el tono, las palabras que usan, la cantidad de signos de admiración, los gritos, verán que eso viene de gente que no se considera usuaria, se considera cliente con derecho a reclamar por lo que pagó. Y como cliente, protesta de la única manera que conoce, gritando, sobrereaccionando, generando presión con la idea que la empresa así tendrá que escucharlos.

Realmente no es su culpa, es a lo que están acostumbrados. En estos momentos es desafío del proyecto KDE distribuir su tiempo en programar y responder, asignando esos recursos en forma adecuada. Pero no podemos perder la idea de que esto se va a terminar expandiendo a todo Linux. Así que es nuestra tarea comenzar no ya a evangelizar para conseguir traspasos a Linux, sino domar a las fieras y mostrarles como funciona el universo del código abierto, y como se basa en dar a la vez que recibimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario