viernes, 4 de agosto de 2006

El cigarrillo y yo

Entre el cigarrillo y yo hay una relación muy conflictiva, estoy opuesto a el, por considerarlo nocivo, y a la vez es una de mis facetas más intolerantes, cuando intento ser lo más tolerante posible.

Antes de continuar debo decirles que mi relación con el cigarrillo comenzó virtualmente cuando tenía cerca de 12 años de edad. Debo explicar para esto que por ser nacido en Junio, en Argentina, iba al colegio con gente toda mayor que yo, ya que el 21 de Junio es la fecha de corte, todos los nacidos antes de esa fecha van a la escuela una año antes que los nacidos luego de esa fecha. Es por eso que siempre fui de los más pequeños de la escuela, y me vi forzado a madurar al nivel de chicos de más edad que yo. Es por eso que digo que tenía cerca de 12 años cuando por primera vez dediqué mis pensamientos al cigarrillo.

Fue un razonamiento simple y sencillo, no era ningun genio, pero sin embargo sigue siendo un razonamiento que me llena de orgullo. Simplemente pensé varias cosas "Yo se que el cigarrillo hace mal. Tambien se que hay gente a la que le gusta fumar. Entonces si lo pruebo, por ahí me gusta, y ya se que hace mal, mejor ni lo pruebo". Eso fue todo, gracias a eso jamas aspiré una sola pitada de cigarrillo en mi vida, a pesar de estar completamente enamorado del fuego.

¿Porque digo entonces que fue una relación conflictiva? Porque a traves de los tiempos he tenido amigos que fuman, y he tenido que batallar conmigo mismo para aceptarlos a pesar de poseer un hábito que me dañaba.

Por ejemplo, mi grupo de rol, con varios fumadores en habitaciones cerradas durante el invierno, de 4 a 6 horas aspirando humo sin ser yo quien fumaba. Y recien cuando dejé de reunirme con ellos asiduamente (debido a que el cambio de lugar de reunión y los tiempos de viaje no coincidían con mis posibilidades) comencé a ver que respiraba cada vez mejor, que recuperaba parte de mi olfato y mi sentido del gusto, que me sentía con más energía. Y estoy hablando de una reunión por semana, fumando pasivamente, tiemblo al pensar todo lo que puede ganar un fumador activo....

Igualmente, sigo concurriendo a casas de amigos fumadores, aun sabiendo que hacerlo me hace mal a la salud, por una simple razón: valoro más su amistad que mi propia vida. Pero si esto no fuera así, la intolerancia que me provoca el rechazo al cigarrillo sería más fuerte, y dejaría de ir. Esto puede ser muy insultante para algunas personas, pero tal vez sería interesante que pensaran de vez en cuando que si valoramos más la amistad que nuestra propia vida, tal vez sería bueno cuidar la vida de esa amistad.

Este mensaje no está dedicado a ninguno de mis amigos, ya que los considero lo suficientemente inteligentes como para haber pensado estas cosas por si mismos. Este mensaje está dedicado a todos los amigos de mis lectores no fumadores: por favor, no me los maten.

1 comentario:

  1. muy lindo blog, no se como termine aca, buscando algo en google... La verdad te felicito por el cigarrillo yo tuve el mismo pensamiento que vos y nunca lo probe, lamentablemente tengo el 80% de los amigos fumadores, pero que se le va a hacer la amistad es importante. Saludos

    ResponderEliminar